Terapéutica:
En forma de suplementos el contenido puede variar de 40 millones a 6000 millones de células viables por preparado. Es frecuente encontrar asociaciones de probióticos con prebióticos y enzimas digestivas para mejorar las funciones gastrointestinales.
¿Para qué se administran?
Para mantener la salud y el equilibrio microbiológico entre las bacterias de las mucosas del tracto digestivo, pero también influyen en la flora bacteriana de la vejiga urinaria y dermatológica.
Factores como: estrés, mala alimentación, intolerancias alimentarias, antibióticos, estreñimiento, consumo de alimentos con aditivos, colorantes, etc., desencadenan un desequilibrio en la flora bacteriana del intestino, produciendo síntomas como: diarrea, estreñimiento, espasmos, flatulencias, pirosis, que pueden desencadenar en otras afecciones. Por todo ello es muy importante cambiar el hábito de vida y regenerar la flora bacteriana intestinal, si queremos tener una buena salud.
¿Por qué se dan tras diarreas o tras tratamientos con antibióticos? Porque en estos casos se ha disminuido las cantidades de bacterias saludables de la flora intestinal. Además, en estas condiciones se puede favorecer la producción de candidiasis.
Aplicaciones:
Halitosis. Toxemia del organismo con olor corporal excesivo. Para la depuración y regeneración intestinal. Tras infecciones intestinales, tras un catarro intestinal o gastroenteritis. Dispepsias, úlceras, flatulencias, colon irritable. Diarrea, estreñimiento.
Intolerancias alimentarias.
Hongos, candidiasis. Cistitis crónica. Acné, eccema, psoriasis.
Inmunodeficiencias e infecciones en general.
Malnutrición. Descalcificación. Osteoporosis. Anemia.
Horario adaptado a horas concertadas
con cita previa.