La miel era un alimento muy apreciado en las culturas egipcia, árabe, griega y romana, debido sus cualidades organolépticas y terapéuticas. Para estas culturas la miel era el edulcorante más común.
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La miel es un alimento que puede cristalizar. La cristalización es
un indicativo de buena calidad. Las mieles muy procesadas no
cristalizan. Sin embargo, las mieles de acacia, abeto o castaño,
aunque no se hayan tratado no suele cristalizar.
- Se recomienda
conservar en un lugar seco, fresco y protegidas de la luz.
- Las
mieles que contengan una especie de espuma y residuos son mieles de
mala calidad o que se han estropeado.
* Según el tipo de miel, es decir la flor o flores de la que procede, las propiedades terapéuticas variarán, así como también las cualidades organolépticas de sabor, olor, color y textura.
* Las mieles uniflorales o monoflorales son aquellas que tienen la característica que como mínimo el 50% proviene del néctar de la misma flor. Por ejemplo:
MIEL DE TOMILLO: Es de un color amarillo oscuro y de gusto fuerte. Se la considera útil como tonificante del organismo, antiséptica (ayuda en cualquier proceso infeccioso) especialmente en afecciones de vías respiratorias.
MIEL DE AZHAR: Es de un color amarillo claro y de gusto ligeramente cítrico. Destacan sus propiedades sedantes (para combatir la ansiedad o el estrés) y digestivas.
o
Reconstituyente y antioxidante del organismo.
o Indicada en
afecciones respiratorias por sus acciones expectorantes y
antitusígena, debido a su contenido en monosacáridos que
fluidifican las mucosidades bronquiales.
o Irritación de
garganta, faringitis y amigdalitis; realizar gargarismos.
o
Acción antiinflamatoria y antirreumática debido a su contenido en
ácido fórmico.
o Uso tópico (externo) efecto antiséptico:
Aplicada sobre la piel puede ser útil en la curación de heridas
infectadas o quemaduras. También en las fisuras de los pezones y en
todo tipo de ulceraciones.
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