Sabías que los higos…
En realidad botánicamente no son un verdadero fruto, sino que se trata de un receptáculo con multitud de minúsculas flores carnosas (pulpa roja) en su interior.
Empiezan a madurar a finales de verano y deben recolectarse del árbol cuando están algo blandos. Los higos inmaduros segregan un látex blanco en la zona del corte, que es corrosivo pero que aplicado regularmente en las verrugas hace que se sequen y desprendan.
Son muy ricos en azúcares, aportan unas 60 calorías por cada100gr, siendo un alimento muy energético. Por ello resultan interesantes, especialmente los higos secos, en personas que requieran de un mayor rendimiento físico (deportistas, excursionistas, adolescentes, etc.).
De alto contenido en vitaminas del grupo B (B1, B2, B6) y betacarotenos; y minerales como el calcio, magnesio, zinc, hierro, potasio, cobre y manganeso, lo que convienen en mujeres embarazadas, etapas de crecimiento, para prevenir la osteoporosis y para la anemia.
Son buena fuente de antioxidantes (flavonoides), que retrasan el envejecimiento; al igual que en benzaldehído, con propiedades anticancerígenas.
Ayudan al estreñimiento, ejerciendo un efecto ligeramente laxante, tanto los higos frescos como los secos (dejándolos previamente unas horas en remojo).
Además, son demulcentes y tienen propiedades expectorantes, de ahí a que formen parte de algunos jarabes para combatir la tos, ayudar a la eliminación de moco y en estados irritativos de las vías respiratorias.
Horario adaptado a horas concertadas
con cita previa.