¿Qué es la complementación nutricional?
También llamada Terapia Ortomolecular, fue denominada por primera vez por el Dr. Linus Pauling (1901-1994). Consiste en el estudio y utilización como terapéuticos, de los nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, AGE, aminoácidos, enzimas, pre/probióticos, etc.) en forma de suplementos nutricionales.
La complementación nutricional, no se entiende si no existe una correcta base de medidas dietéticas y de hábitos de vida. Y una sin las otras, no pueden entenderse bajo el criterio de favorecer el estado de buena salud.
Breve referencia a principales autores dentro de la TOM y tratamientos para afecciones del SN:
Dr. Carl Pfeiffer (1908 – 1988) y Dr. Abraham Hoffer (1917-2009), ambos investigaron y realizaron ensayos clínicos en relación a las vitaminas y trastornos como la esquizofrenia.
Patrick Holford, autor del libro recomendado “Nutrición óptima para la mente”. Discípulo y seguidor de ambos médicos, quien continúa en la actualidad investigando en relación a la TOM. Su lema “El modo en que usted piensa y siente, dependen directamente de lo que come”.
FACTORES QUE CONTRIBUYEN A NO SENTIRNOS BIEN:
Desde la era de la “revolución industrial”, nos hemos visto sometidos a muchos cambios y en poco tiempo:
Tipos de alimentos que consumimos:
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Las tierras están empobrecidas y las frutas, verduras, cereales, etc., no tienen la misma calidad y cantidad de nutrientes esenciales como antes.
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Las aguas contaminadas afectan la calidad del pescado y puede rendirles tóxicos, afectando negativamente a nuestra salud.
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Los alimentos transgénicos se convierten en nuestros alimentos y en pienso para los animales.
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La calidad de los alimentos básicos está afectado por la sociedad en la cual vivimos.
Existen 10 millones de nuevos productos químicos, miles de los cuales se encuentran en nuestros alimentos, están en el agua que bebemos y en el aire que respiramos.
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Consumo de nuevos alimentos “precocinados”, “apetecibles”, “sabrosos”, todos ellos han perdido los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar de forma correcta. Y se ve afectado por los aditivos, edulcorantes, saborizantes, que contienen, llevándolo a mayor aumento de necesidades de los mismos nutrientes, dada la carga tóxica que también representan para el organismo.
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Consumo abusivo de alimentos ricos:
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Azúcar refinado: A parte de perder los nutrientes esenciales, llevan a cambios bruscos en la glucemia y se han relacionado con fases de agotamiento, cefaleas y depresión.
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Grasas saturadas: dificultan la función nerviosa psíquica y neurológica. Además, son causa directa de alteración cerebrovascular.
Hábitos de vida que hemos adaptado:
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Alcohol: Su consumo habitual, produce depresión del sistema nervioso, deterioro neurológico, pérdida de memoria y agotamiento. Además, agrava las carencias vitamínicas B.
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Tabaco: Además de provocar una drogodependencia, contribuye a la enfermedad cerebrovascular.
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Falta de agua: nuestro cerebro está compuesto por un 80% de agua. Las neuronas son células muy hidratadas. Por otra parte, el agua favorece la eliminación de toxinas.
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Estrés y falta de horas de sueño: Estamos en una sociedad llena de estímulos, alto grado de estrés tanto físico como psicológico. Donde se requiere un mayor aporte de nutrientes (por aumento de las necesidades) pero que a la vez, no se suelen incorporar por la alimentación (por “no tener tiempo”). Además si hay faltas de hora de sueño, hace que tengamos un mayor consumo de cafeína o estimulantes en general, que acaban agotando nuestro sistema de “adaptación” y provocando mayor cantidad de radicales libres. Con lo que llevan a un aumento de procesos oxidativos que dañan nuestro organismo, incluyendo el sistema nervioso.
CONEXIÓN ENTRE EL INTESTINO Y EL CEREBRO
Nuestro sistema digestivo contiene 100 millones de neuronas y produce la misma cantidad de neurotransmisores que el cerebro. El intestino, por ejemplo produce 2/3 de serotonina.
Cada vez que comemos, enviamos señales al cerebro, porque ambos están en comunicación permanente. Y por éste motivo, cuando comemos alimentos adecuado, nos sentimos bien. Mientras que los inapropiados nos conducen a sufrir mayor predisposición a sentirnos mal.
Existen alergias/intolerancias a los alimentos y a las sustancias químicas que afectan de forma adversa a nuestro estado de ánimo.
Una intolerancia alimentaria puede afectar a cualquier parte del cuerpo, entre las que puede causar también síntomas como la fatiga, irritabilidad, agitación, ansiedad, hiperactividad, etc. Existiendo ensayos clínicos al respecto.
Es importante mantener una buena salud gastrointestinal, para garantizar un óptimo funcionamiento de nuestro SN.
LA IMPORTANCIA DE LO EMOCIONAL
Por supuesto que nuestra salud mental no sólo depende de la nutrición. La combinación de la nutrición óptima y la psicoterapia (flores de Bach, código de la emoción, bioneuroemoción, PNL, etc.) funcionan a las mil maravillas.
Es importante que, ante estados de ánimo afectados (ansiedad, depresión, nerviosismo, insomnio, etc.) el realizar un abordaje óptimo de nutrientes, acompañado de buenos hábitos de vida, una correcta alimentación y por supuesto un apoyo psicoafectivo. Tenemos unos 6000 pensamientos al día y ¡la mayor parte son repetitivos!
COMO MEJORAR EL ESTADO DE ÁNIMO CON LA TOM
A diferencia de lo que se cree, es posible incrementar el coeficiente intelectual, la memoria y el estado de ánimo, en cualquier período de la vida.
VITAMINAS
COMPLEJO B
Las vitaminas del complejo B son esenciales para el bienestar mental y emocional.
Entre sus funciones cabe destacar que protegen las neuronas, tienen un efecto regulador nervioso, reducen el agotamiento nervioso y contribuyen al tratamiento de estrés, ansiedad, insomnio, depresión, etc. Todas las vitaminas del complejo B tienen un efecto beneficioso para el SN y organismo, además el consumo de sólo una de ellas, puede llevar a desequilibrios de las restantes, generando a la vez repercusiones metabólicas. De entre las vitaminas del grupo B, destacamos:
La vitamina B1: facilita la asimilación de glucosa por parte del cerebro. La glucosa es el principal alimento del cerebro y consume grandes cantidades. Su carencia lleva a problemas de memoria, depresión, ansiedad, insomnio o, incluso, algunos pequeños nervios pueden pasar a “entumecerse” (manifestar parálisis, debilidad, ataxia). La deficiencia continuada conduce al beri-beri (en cingalés significa debilidad-debilidad).
Vitamina B3: Implicada en el metabolismo del GABA (efecto ansiolítico), es importante para la síntesis de serotonina (neurotransmisor que favorece el buen humor y el equilibrio del sueño). Participa en el equilibrio electrolítico de las neuronas y la regulación del metabolismo del litio, presentando propiedades calmantes para el cerebro. Su déficit produce irritabilidad, inestabilidad emocional, depresión, fatiga, insomnio, falta de concentración, etc. Y puede conducir a la Pelagra (diarrea, dermatitis y demencia). De ahí a que también se la denomine vitamina PP (prevención pelagra).
Vitamina B5: esencial para la producción de hormonas en las glándulas suprarrenales, encargadas de mantener un tono de vitalidad y alerta ante las situaciones que requieren un esfuerzo físico o emocional. Mejora la capacidad para resistir el estrés, reduciendo el agotamiento suprarrenal.
Vitamina B6: esta vitamina es una de las más destacadas para el tratamiento de afecciones del SN. Participa en la nutrición neuronal, formación de mediadores y neurotransmisores como el GABA (relajante), serotonina (neurotransmisor que favorece el buen humor y el equilibrio del sueño), taurina (ansiolítico), dopamina, adrenalina y noradrenalina (hormonas suprarrenales). Su carencia puede provocar cambios de humor, nerviosismo, ansiedad, insomnio, depresión, irritabilidad, confusión mental, pérdida de memoria, etc.
Vitaminas B7: Inositol y colina: son pseudovitaminas precursoras de la formación de fosfolípidos neuroprotectores. Su presencia favorece la actividad intelectual.
Vitamina B9: junto a la vit B6 interviene en la síntesis de neurotransmisores, principalmente de acción antidepresiva. Su deficiencia puede producir insomnio y apatía.
Vitamina B12: necesaria para la protección de las células nerviosas, por su papel en la síntesis de colina y en el metabolismo de los ácidos grasos. Su carencia produce irritabilidad, depresión, ansiedad, confusión y cansancio.
VITAMINA E
Antioxidante: evita la acción de los radicales libres en el organismo y protege la membrana neuronal (vaina de mielina). Aumenta la nutrición y oxigenación tisular y celular en general, pero particularmente en la célula muscular y nerviosa. Previene de la degeneración neuronal y la arteriosclerosis cerebral, dado a que además favorece la circulación cerebral.
VITAMINA C
Se encuentra en grandes cantidades en las glándulas suprarrenales y en casos de estrés los niveles de vitamina C se reducen mucho. Está implicada en reacciones metabólicas que llevan a la síntesis de adrenalina y noradrenalina. Antioxidante: neutraliza los radicales libres y evita los procesos oxidativos, daños a las posibles estructuras neuronales. Al igual que participa como detoxificante (metales tóxicos, insecticidas, radiaciones, drogas, tabaco, etc.) ejerciendo un papel protector del SNC. Protege de la arteriosclerosis cerebral y reduce la fatiga física y mental mejorando la tolerancia del organismo a los agentes estresores.
BIOFLAVONOIDES
(antocianos,
bioflavonoides y
otros antioxidantes)
No son vitaminas, aunque tienen actividades terapéuticas muy beneficiosas para la salud. Aumentan y mejoran la actividad de la vit. C. En general son antioxidantes, neuroprotectores. Preventivos de la degeneración y la arteriosclerosis en los vasos cerebrales, además de favorecer la circulación cerebral.